viernes, 25 de mayo de 2012

23 de mayo: Día del estudiante.

Aquel 23  de mayo, la celebración estudiantil dejó grandes vacíos en los bares cercanos a las universidades. Por primera vez en muchos años, los jóvenes hacían patente en esa celebración la educación recibida y pasaban de las quejas intramuros en las escuelas, a la protesta social que partió esa tarde de la Estela de Corrupción, se detuvo en el Ángel de la Independencia y continúo su marcha hasta Televisa, de dónde se retiraron ya al filo de la medianoche.

















Fotos: Greis Martínez. (De aquí pa' abajo).





martes, 22 de mayo de 2012

"¡No vine por tortas, vine por mis huevos!"


El sol caía directo sobre la plancha del Zócalo, ya era mediodía y apenas unos cientos comenzaban a congregarse. Por unos momentos pensé que aquello sería una marcha modesta, con algunas cientos de personas.

Fue entonces cuando vi una camioneta con sujetos de dudosa procedencia arrojando playeras y pancartas de "El PRI no cumple" (podría decir que eran del PAN, pero tuvieron la sensatez de no poner su emblema). La gente rodeaba la camioneta cual acarreado, yo pensé "¿qué pedo?". Bueno, al fin se pagó con nuestros impuestos, me dije. Aclaro que estoy especulando.

El punto fue que les tome algunas fotos y luego me trepé a un camión de bomberos que estaba a unos 30 metros del asta bandera. En eso andaba cuando el méndigo camión se movió y, para cuando caí en cuenta la marcha ya había iniciado. Yo me aferré a que quería una foto de frente al contingente, así que me lancé corriendo por 5 de mayo, pensando ilusamente que alcanzaría mi objetivo en un par de cuadras. 

Eje Central esquina con Madero, 1:20 p.m.

Llegué hasta Eje Central agotado por la carrera y ni aún así alcancé el frente. La marcha ya iba por Hidalgo, quizá ya en Reforma, así que mejor me dispuse a tomar fotos al contingente desde un poste en la esquina de Madero y Eje Central, justo frente a la Latino. "Fuera Peña Nieto", "Ni un voto al PRI", y una de las mejores, "No vine por tortas, vine por mis huevos", eran las consignas vigorosas que retumbaban en aquella esquina, la cual -citando a Roque Daltón- parecía un gran ojo abriéndose.

Quería una toma más abierta, así que decidí subir al café del octavo piso del Sears. Llegué a las 12:56 y media hora después el río de gente seguía desbordándose sobre Eje Central. Pensaba permanecer hasta que la gente dejara de pasar, pero a la 13:40 opté por alcanzarlos en Reforma. 

Según el Alberto Barranco, la gente dejó de pasar por Madero hasta después de las 14:00 horas, lo escuché en su programa Entrelíneas. Incluso mencionó la cifra que sostienen los organizadores: 100 mil asistentes; más del doble de lo que registró la Secretaría de Seguridad Pública. A juzgar por esas dos horas, podría apostar que en el momento más álgido sí se alcanzó cifra.

Llegué a Reforma y Bucareli por Juárez, donde bajo el aplomo del sol la energía de la gente no cedía, "Prensa vendida" era la consignas ahora, eso le reclamaban a "La esquina de la información". Horas más tarde la consigna fue confirmada por el portal de El Universal que, en su página, registraba una afluencia de 22 mil 500 participantes.


Justo en esa esquina vi un par de personajes bastante familiares, seguidos de un sujeto de pronunciada barriga y sonora voz bilingüe, con un acento no muy bueno pero que encendía los ánimos de los manifestantes: "Guan, tru, tri: chingue a su madre el PRI; tri, tru, guan, chingue a su madre el PAN". De vez en cuando surgían gritos de apoyo a Obrador, pero predominaba el repudio al PRI, y en menor medida, al PAN. 

Avanzábamos sobre Paseo de la Reforma rumbo al Ángel, ocupando la mitad de los carriles, los que corren en la dirección que llevábamos, los autos que venían en sentido contrario hacían sonar los claxon en apoyo, incluso algunos de los que se veían atrapados por el tráfico que provocaba la marcha hacían lo propio. "Ésta sí es encuesta", le externaban los manifestantes a los automovilista, estos respondían con apoyo, en buena medida.

El endemoniado calor nunca menguó los ánimos y cruzamos Insurgentes, donde los asistentes a la Feria de las Culturas Amigas fueron testigos del poder de convocatoria de las redes sociales. Gente de docenas de países presenciaron una marcha inédita en la historia de México: nunca se había presentado una manifestación de tal envergadura contra un candidato.

Para cuando llegué al Ángel, miles de personas ya aguardaban y otras tantas venían detrás.  Estudiantes de universidades públicas y privadas coreaban consigas indistintamente, las pancartas eran tan ingeniosas que uno no hallaba para donde apuntar el lente. Un niño era entrevistado y presumía de saber leer mejor que Peña, nadie lo dudaba. "1, 2, 3 por el candidato del baño", decía otro cartel. Una dama joven portaba otro que  caía lapidario sobre las pantallas televisivas: "Bienvenidos al 5o. poder: las redes sociales" y uno más remataba "Televísame ésta".

Varios reclamaban justicia para Atenco y evocaban la masacre de 1968 para invitar a los desmemoriados a reflexionar su voto. Otros más llamaban a anularlo. Pero la coincidencia en el rechazo a Televisa y Tv Azteca, así como al candidato que no pudo citar tres libros, era contundente. Aunque la mayoría eran jóvenes, había algunos viejos, pero eran quizá los más entrones.


Cuantas veces he escuchado el gastado argumento de que las elecciones son una "fiesta cívica"; aquello verdaderamente lo era. Había una verbena popular en el Ángel y estudiantes del Politécnico o la UNAM, coreaban indistintamente lo mismo goyas que huelums, seguidos de "Gracias Ibero, por ese viernes negro".

Filemón Rojas, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra
Los macheteros de Atenco también hacían acto de presencia, no podría ser de otra manera, así como la comunidad lésbico-gay, y los enjundiosos del Sindicato Mexicano de Electricistas que nunca pueden faltar. Frases de Carlos Fuentes o Poniatowska eran visibles repetidamente en varias pancartas. La gente parecía no cansarse, no querer irse de aquel momento histórico donde la esperanza de una transformación social se expresaba en las mantas, en las caras, en los ojos luminosos de la gente ahí reunida. Algunas máscaras de Anonymous se hacían presentes, así como citas del Ché e imágenes de Zapata. 


Eran ya casi las 15:30 horas y era poca la gente que se había retirado. Justo cuando creí que la marcha estaba por disolverse de un momento a otro, una señora a unos metros de donde estaba comenzó a gritar "¡Zócalo, Zócalo!", y muchos empezamos a hacerle segunda, de manera que la marcha regresó sobre Reforma, donde para mi sorpresa, me crucé con un desubicado que traía una playera con el lema "Mi compromiso es con México". 


La marcha continúo sobre Reforma, yo me desprendí de ella en el monumento a Colón, pero las consignas siguieron sonando durante toda esa tarde en mi cabeza, me hacían pensar que no todo está perdido, que valía la pena recuperar la esperanza. No podía, y hasta el momento no puedo, sacar de mi mente aquel cartel que decía: "Jóvenes de México, celebramos su despertar. Bienvenidos, los estábamos esperando".

De regreso al Zócalo


Secretario de Seguridad Pública de Michoacán intimida a reportera

Juan Bernardo Corona Martínez cuando ostentaba el cargo de diputado en la LXIII Legislatura (Foto: Cortesía) Sixto Flores ...