Alejandro Amado
Morelia, Mich.- Alrededor de las 12:30 del jueves el subsecretario de Seguridad Pública, Carlos Gómez Arrieta, daba una entrevista afuera
de Ciudad Universitaria, decía que 200 policías resguardaban ese complejo
educativo y que 150 más permanecían al pendiente de las Facultades de
Odontología y Derecho, en otro punto de la ciudad, donde ya se habían
presentado enfrentamientos por la mañana.
Poco antes habían llegado los policías
antimotines que se apostaron, escudos de plástico en mano, entre estudiantes y jóvenes
que buscan un espacio extemporáneo en la Universidad Michoacana de San Nicolás
de Hidalgo y aquellos que no alcanzaron los créditos que exige la prueba
Ceneval que se aplica para ingresar. A estos últimos nos hemos acostumbrado a
llamarlos “rechazados”, se aglutinan en el Movimiento de Aspirantes y
Rechazados (MAR) y en la Coordinadora de Universitarios en Lucha (CUL).
El subsecretario hablaba de
resguardar la seguridad mientras a unos metros estudiantes intentaban forzar la
puerta del estacionamiento que se encuentra a un costado de Radio Nicolaita.
Lograron abrirla en medio de una lluvia de piedras y algunos paristas salieron
a defender la toma que mantienen desde hace por lo menos tres semanas. Palos,
piedras y cadenas en ambos bandos sirvieron para hacerse daño, incluso golpes
cuerpo a cuerpo.
Los de afuera decían que ellos sí
quieren estudiar, que ellos sí pasaron el examen, que se fueran a tomar la casa
del rector. De huevones y delincuentes no los bajaban, les enfatizaban que tenían
que pagar su ficha, como ellos. Algunos lanzaban insultos de corte clasista
como “nacos”, “pinches hambreados”, “piojosos”, “indios”, “regrésate a Honduras”,
“vete a bañar, perro mugroso”, entre
otros. A algunos perecía divertirles la adrenalina del momento, la rabia de no
poder estudiar la desquitarían por medio de la violencia. Lejos de ahí, en
algunas plazas públicas, otros estudiantes optaron por tomar clases extramuros
mientras se resuelve el conflicto.
Los de adentro dicen que ellos
también quieren estudiar, que no se conformaran con los mil 50 espacios que
ofrece Rectoría, que no soltaran las instalaciones hasta que se les que se garantice
el derecho a la educación. Responden a los insultos de los de afuera y a la
violencia con más violencia.
Los uniformados apenas lograron
intervenir, los golpes duraron unos instantes cuando los nicolaitas lograron
abrir la puerta. El intercambio de piedras siguió por varios minutos, después
los paristas cerraron nuevamente.
El fervor de los estudiantes por
recuperar CU continuó, así que corrieron por la avenida Francisco J. Múgica
hasta llegar a la altura de Rectoría donde con un martillo abrieron otra puerta.
Comenzó de nuevo el intercambio de piedras y botellas.
En esos momentos otro grupo de
estudiantes logró entrar por el Centro de Información, Arte y Cultura. Pasaron hasta
unos pastizales cercanos al Gimnasio y por la parte trasera de la Hemeroteca. Comenzó
el intercambio de piedras, botellas incluso. Tras unos minutos vino la
contraofensiva y los paristas expulsaron a los estudiantes.
Tras los hechos resultaron lesionados
una estudiante, un parista y un reportero, sólo en Ciudad Universitaria. La joven
que encabezó la ofensiva estudiantil minutos antes y en varios videos se le
veía muy divertida con un palo en la mano, ahora pedía no ser grabada cuando la
sangre le escurría al ser alcanzada por una piedra. Más tarde vendrían los
memes en redes sociales.
Luego ambos bandos lograron
reestablecer el diálogo en la entrada del CIAC y acordaron exigir una solución pacífica
a las autoridades universitarias. Se trasladaron a Rectoría a tratar de hablar con
el secretario general de la UMSNH.
En ese momento miembros de la CUL
se negaban a sostener un diálogo público e insistían en que no se tomaran
fotos. Ya eran casi las 3:00 de la tarde cuando se alejaron a tener un diálogo a
puerta cerrada con autoridades universitarias que insistían en su propuesta. El
gobernador minutos antes había ofrecido gestionar 600 lugares más… pero en
universidades privadas, a través de un subsidio.
Más tarde estudiantes miembros
del Consejo Estudiantil repudiaron la falta de capacidad del rector por
solucionar el conflicto. El Movimiento por la Gratuidad rechazó el desalojó de
la UMSNH y criticó la actitud de los estudiantes a quienes reprochó su “alegría
por humillar a otros”, haciendo referencia a los insultos que se escucharon por
parte de ellos hacia los paristas, o cuando les espetaban que “ellos sí eran estudiantes”
y que se habían ganado su lugar.
Algunos profesores consultados, quienes se manifestaron en CU por una solución pacífica, dijeron estar a favor
de ampliar los grupos pero que la decisión no depende de ellos. Lamentaron que se les ofrezcan carreras como la Licenciatura en Seguridad Pública
a los aspirantes y manifestaron que la polarización en torno a la Universidad
Michoacana es un reflejo de la descomposición social que vive el país.