Por Amaranta Marentes y Alejandro Amado
Padres de la escuela Centauro del Norte rechazan la reforma educativa |
Lunes 25 de noviembre de 2013.- Es inicio de semana y la nostalgia invade la memoria al ir
camino a la escuela; de niño ese tramo sabe a ganas de recreo. La cita es con
madres de familia de la primaria Centauro del Norte, en la delegación
Iztapalapa.
La escuela se localiza
a varias cuadras del Metro Tezonco, lo primero que llama la atención es un
mural de entre 8 y 10 metros a un costado de la entrada trasera, en él se ve un
puño en alto acompañado del texto: “Los padres de la Esc. Primaria Centauro del
Norte contra la reforma educativa gubernamental, por la educación laica,
pública y gratuita. Respeto al Art. 3o constitucional”.
La organización, el proceso
Las madres cuentan que
comenzaron a organizarse el 1º de Octubre. Tras una junta, por acuerdo
decidieron tomar la escuela a partir del 2 y continuar con el plantel cerrado
por 5 días. Durante este lapso se dieron clases extramuros de dos horas. Resaltan
que el proceso ha sido difícil en razón de que la mayoría de los padres “saben
de la lucha, pero no se integran”. Aunque la mayoría está en contra de pagar
cuotas, son pocos los que se reúnen o acuden a eventos fuera de la escuela.
A la fecha gran parte
de las madres y los padres acceden a escuchar la información o a firmar
documentos colectivos, pero en participación presencial se ve un hueco,
comentan. Las madres constantes no son el número que ellas desearían. Una de
ellas considera que la falta de apoyo en movilizaciones se debe a la mala
información: “como que los presionan, vienen papeles que nos hacen creer que no
se va a cobrar”.
Otra madre agrega:
“Nunca es clara la información respecto a la reforma educativa; que si sí, que
si no. Los medios de comunicación tienen mucho que ver porque están
bombardeando de una manera tremenda a los profesores. El problema es que la
Reforma Educativa no es entendible, no es nada clara; nos dicen una cosa pero
todo es entre líneas”. Las demás entrevistadas asienten.
Las madres explican
que leyeron juntas la reforma y afirman que con ello se están educando. Ya no
sólo estudian la reforma educativa, sino también la hacendaria, la energética,
y las que se acumulen en la semana. Su organización no se limita al plantel
educativo, acuden a las asambleas generales y a las manifestaciones. También
llevan víveres al plantón de maestros del Monumento a la Revolución.
La Coordinadora de Madres y Padres
de Familia del Distrito Federal
Al tocar el tema de la
interacción con padres de otras escuelas, las madres comentan que a partir de
las asambleas de padres de familia del Distrito Federal han tenido la
oportunidad de intercambiar experiencias. Destacan que uno de los acuerdos es
llevar comisiones de padres a otras zonas, esto con el fin de llevar
información sobre planteles específicos. Así, el vínculo con las escuelas
aledañas ésta presente.
Una de las madres,
Esperanza, lamenta que la participación en las calles apenas se esté formando y
no sea tanta como debería. Considera, sin embargo, que lo que pasa en su
escuela es parte de lo que ocurre en las demás.
Enfatizan las madres
que tras la asamblea del 9 de noviembre resolvieron conformar la Coordinadora
de Madres y Padres del Distrito Federal. Agregan que en este momento ya existe
una comisión de prensa trabajando. “El próximo sábado es el primer encuentro ya
como Coordinadora de Padres; para ese momento se generará un plan de trabajo
con representantes por escuelas y delegaciones. Se tiene que llegar a un
acuerdo”.
La lucha es de las madres
Al no estar presente
ningún hombre en la entrevista, la pregunta era obligada: ¿dónde están los
padres? Las señoras manifestaron que la Coordinadora de Padres está compuesta
principalmente por mujeres.
Una madre añadió que
muy pocas tienen el apoyo de sus parejas. “A su manera y en medida de su
proporción, ayudan. Pero de las que estamos movilizándonos, somos muy pocas las
que tenemos el apoyo de nuestras parejas”.
Las jefas de familia
hablan de la necesidad del trabajo con la pareja, pues en gran medida es parte
de que no se integren más personas. “Mientras una no tenga ese apoyo es muy,
muy difícil”, agrega una de las presentes con la mirada afligida.
Sobre el panorama que
han visto en las asambleas comentan que sí hay participación masculina, “pero
la mayoría de la lucha la están dando las mamis”, añaden.
La represión
Las seis mujeres
narran la represión de la que fueron objeto el 24 de octubre, cuando se
manifestaban en las inmediaciones del Senado de la República. Había un acuerdo.
Mientras una comisión dialogaba con autoridades los demás manifestantes
desocuparían el arroyo vehicular. Los padres cumplieron, las autoridades no.
Minutos después de
ingresar la comisión, policías comenzaron a agredir a los manifestantes. En el
ataque, que no enfrentamiento, una pequeña niña se llevó un golpe en un ojo.
“Fuimos reprimidos niños, profesores y madres”, lamentan. Así una madre no
podía levantarse ya que fue golpeada en la pierna por un escudo de granadero.
Luego del acto
represivo que llevó a cabo la Secretaría de Seguridad Pública del DF, la
comisión salió del recinto legislativo, “no rompan el acuerdo”, les decían.
“¡Ustedes rompieron el acuerdo!”, contestaba indignada la comisión de padres y
maestros que salió a tratar de defender a sus compañeros. Al recordar esa fecha,
las madres de la Centauro del Norte mencionan que es parte de la falta de
apoyo, ya que otras madres y algunos padres muestran miedo.
Sin garantías
A la primaria Centauro
del Norte sí han llegado recibos de luz y agua pero no se han cobrado. Las
madres narran que llegó un documento a la escuela y que la supervisora de zona
les entrego, en él se decía que eran falsos los rumores de que tendrían que
pagar los servicios de la escuela.
Sin embargo, al
momento de cuestionarla al respecto, la supervisora reconoció “que no les puede
garantizar nada”. No obstante les pidió que fueran a comunicar al resto de los
padres el hecho de que no pagarían servicios; les entregó un documento firmado
por el jefe de región. “Sabemos que son funcionarios menores y que al ratito
los mueven; nadie nos garantiza que no nos vayan a cobrar cuotas”.
“Mi mamá me enseñó a luchar”
Esperanza refiere que
ha platicado con sus hijos sobre la reforma y su reacción es incluso de
desesperación ante la falta de apoyo de los demás padres. “Mis hijos preguntan:
‘¿cómo es posible que los demás papás no se dé cuenta de lo que está haciendo
Peña Nieto?’. Ellos están indignados porque los demás no hacen nada, ¿por qué
se quedan callados?”.
Otra madre enfatiza
que sus niños incluso sacrifican cosas por estar en la lucha junto a ellas, les
acompañan a asambleas y mítines. En este sentido, las madres buscan un
equilibrio para no desatender su labor como jefas de familia.
“El viernes tuve una
entrevista, y lo que hice fue llevarme a mi hijo para que vea que es lo que
hace su mamá. El sábado fuimos al plantón (de la CNTE) a donar víveres, y me
los llevé. Si una no lo hace de esa forma, los niños empiezan a dudar: ‘¿por qué mi mamá no está ya tanto conmigo,
por qué siempre se la pasa en la asamblea y si no en una entrevista?’ Es una forma de enseñarles también a ser
conscientes”.
Comenta que sus hijos
estaban maravillados en acompañarla en la lucha:“Mamá, vamos a traer más
cosas”, “me gustó mucho estar en la cabina”, ¿por qué te preguntan tantas
cosas?”. “Uno está aquí por ellos, luchando por ellos”, añade.
Recuerda Esperanza que
el día de la visita al plantón los niños cargaban alegres con bultos de ropa al
tiempo que daban palabras de aliento: “estamos con ustedes maestros,
échenle ganas”. “Sí se crea conciencia”, agrega.
“¿Por qué el Presidente no nos
da tantito de lo que gana para arreglar la escuela?”
Otra señora refiere
que Óscar, su hijo, al ver en las noticias lo que gana el Presidente y los
legisladores, le preguntó: ¿y por qué ustedes hacen
kermés? Le explicó que el
objetivo es recabar fondos para dar mantenimiento al servicio eléctrico, pues
algunas familias no cuentan con recursos para pagar la cuota que, enfatiza, en
su escuela es voluntaria.
Ante ello, la pregunta
de Oscar fue: “¿Y
por qué el Presidente tiene hartos números en lo que gana?, ¿por qué no nos da
tantito? Mi papá no pone dinero, pero por lo menos pone mano de obra. Mira los
trajecitos que trae, y mira los niños en la escuela, hay unos que no tienen
zapatos, sus pantalones les quedan cortos”.
La madre de Óscar
manifestó que no pudo contener las lágrimas el día que fueron a dejar ayuda al
plantón. “Es bien triste la forma en que están viviendo. Está en desacuerdo
mucha gente, pero yo no creo ellos vengan a dormir en el suelo por gusto; ¿cómo
es posible que esté pasando todo esto y la gente que está arriba de nosotros no
se dé cuenta?”.
Otra madre enfatiza
que vivimos orillados al conformismo. “Nos ponen al Presidente que quieren,
porque las votaciones son una mentira. No hacemos nada, pero sí nos quejamos
porque el dinero no nos alcanza. Desgraciadamente el dinero es muy
indispensable, y por eso estamos aquí, porque no lo tenemos”.
Ante la rebeldía, los intentos
de cooptación: “Becas “
La madre de Óscar denunció
que las autoridades tratan de engañarlos. Refiere que días antes de que
cerraran las escuelas, personas de la Delegación fueron a las secundarias y
empezaron a llamar a las casas: les ofrecían becas. “Desgraciadamente si les
dices que habrá vales, a las 4:00 de la mañana ya están formados, pero si les
dices ‘vamos a apoyar una marcha’, y de toda la escuela vienen tres”.
Reconoce que las
carencias son ciertas y es entendible, pero se tiene que ver a futuro. “Yo
tengo dos hijos en la escuela, si presiono a mi esposo los mete a una
particular, ¿pero y los que tienen cuatro, y los que tienen cinco? Además, si
pago escuela particular, ¿quién me va a garantizar que mi hijo trabajará en lo
que estudio? Mi hija quiere ser médico forense”.
¿Y los jóvenes?
En este sentido, otra
madre comparte que tiene dos hijas que no estudian y tampoco trabajan.
Manifestó que sin educación ni trabajo, los jóvenes terminarán delinquiendo.
“Harán falta más anexos, habrá más drogadicción”, añade la madre de Óscar.
Resienten las madres
no sólo la reforma educativa sino la falta de opciones en educación media y
superior, además de los bajos salarios que no permiten una vida digna. “Los
valores están en la basura, no hay motivación para estudiar: ‘hasta aquí llegas, y ya no hay estudios’. Y entonces, ¿qué va a ser de nuestros niños?
Si de por sí ya estamos así, y ahora que nos cobren… Eso es lo preocupante, ya
no va a haber una escuela gratuita”.
Destaca la madre de
Óscar que en la colonia no hay una preparatoria y los jóvenes que no tienen ni
para los pasajes, los padres les dicen: “O te doy para el pasaje, o te doy para comer”. Lamenta que esta situación orilla a jóvenes a
dejar la escuela. “Conozco señoritas que han tenido buenas calificaciones en
asentamientos, y les toca tan lejos que terminan siendo meseras”.
“Vamos contra todas las
reformas, no sólo la educativa”
Mural pintado por niños y madres de familia en el exterior de la escuela Centauro del Norte. |
Una de las madres toma
la palabra para enfatizar que las personas en el poder están imponiendo una reforma
que sólo afectará a los de abajo. “Ellos nunca van a tener a sus hijos en
escuelas públicas; las tienen en colegios privados, o en el extranjero. ¿Quién
está definiendo esta situación?”, cuestiona. “Los padres lo estamos padeciendo,
y la idea es tirar las reformas; todas.”
Destacan que en la
tercera asamblea acordaron ir contra todas las reformas (energética,
hacendaria, laboral…), ya que vienen entrelazadas. Se muestran optimistas: “con
una que se caiga, se cayeron todas”, sentencia una madre.
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